Ayer en filosofía Merino nos propuso una actividad, en la cual teníamos que levantarnos, andar por la clase y mirar fijamente a una persona y decir: "Soy una persona igual que tu", y que la otra persona dijera lo mismo. No salio muy bien porque más bien nos lo tomamos un poco a cachondeo, para variar. Después estuvimos hablando sobre las reacciones de tal ejercicio y fueron sumamente interesantes. Me identifico con Laura cuando dijo que le daba vergüenza mirar fijamente a otra persona y decir dicha frase. Hay gente con la que tengo mucho confianza y sinceramente me da igual decirle una cosa u otra o simplemente mirarlos a los ojos, pero con gente que no la tienes [por lo menos a mi] me cuesta mucho mas. Quieras o no ves un rostro no tan conocido, no sabes de que manera va a actuar o desconoces lo que opina sobre ti, quizá eso pueda influir en el tema de la vergüenza. Hasta aquí mi relato, echarme de menos.
X.O Santi Laya
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